Aunque ya han alcanzado su aspecto adulto, aún pueden continuar creciendo y desarrollandose psicológicamente durante este tiempo. Durante esta época, los perros siguen aprendiendo y estableciendo roles tanto con el entorno familiar como en sus relaciones con otros perros. Puede que hasta los 3 o 4 años de edad no empiecen a surgir problemas entre el perro y los otros perros que vivan en la misma casa. Aunque no es frecuente, puede que el perro joven intente arrebatar el puesto dominante al perro de más edad cuando alcanza la madurez necesaria para darse cuenta de su propio estatus. La actividad física puede intensificarse.
Por lo general, se considera que un perro es totalmente maduro a partir del año y medio de edad. Cuando el cachorro alcanza la madurez, tiende a ser más enérgico y protector. Podemos fijarnos en su lenguaje corporal para detectar comportamientos agresivos antes que tengan consecuencias: vuelta en círculos con la cola y cabeza erguidas, camina sobre las puntas, rigidez en el meneo de la cola… Los huesos y articulaciones de nuestro cachorro ya se han desarrollado lo para desarrollar un ejercicio más variado. Si se ha avanzó en el control sin correa se podrá evolucionar a actividades tales como pruebas de trabajo, jogging, etc.
